La vocación
¿CÓMO PUEDO DESCUBRIRLA?
Es posible que alguna vez hayas tenido la experiencia de sentirte insatisfecho, de que las expectativas que el mundo te ofrece no te bastan, porque te ves inclinado a algo más. Puede que te hayas planteado la posibilidad de dejarlo todo para seguir a Jesús por el camino de la entrega y el servicio a los demás… Estas situaciones pueden significar, perfectamente, el despertar de una vocación.
Pero podemos dar un paso más: tu vocación es la historia de tu amistad con Dios, y para cuidar cualquier amistad es fundamental el trato. Por eso la mejor manera de descubrir y madurar la vocación es la oración, es decir, el trato personal, frecuente y profundo con Dios.